Entrevista de Miguel e Iker a la oncóloga pediátrica María Tallón


¡Hola bicos! 💋

Hoy presentamos la primera entrevista de nuestro blog y, ¡Estamos muy emocionados!

Toca el turno a Miguel e Iker que se han ido directos al hospital a entrevistar a María Tallón García, oncóloga pediátrica en el hospital Álvaro Cunqueiro, ¿Nos acompañas en esta aventura?

– ¡Hola María!

(María los conoce, Iker y Miguel tienen una historia en bicos que ya te contaremos algún día en el que nuestros entrevistadores se conviertan en los entrevistados)

Gracias por dejar de lado un momentito el trabajo para atendernos, ¿Lista para nuestras preguntas?

 -¿Cuando un tratamiento oncológico funciona correctamente, cómo te sientes?

– Bien, es difícil expresarlo pero es algo muy gratificante.  Que funcione la primera opción de tratamiento es el objetivo que buscamos siempre por tanto, si es así, si funciona la primera opción de tratamiento (que es la situación ideal) para cada niño, pues nos sentimos obviamente: ¡Muy bien! (Risas)… no sé cómo expresarlo, ¡Es una pregunta extraña!

 -¿Cuando el tratamiento no funciona, cómo lo afrontas?

– Pues depende… Depende del paciente, de la enfermedad que tiene cada paciente y de si hay o no hay otras opciones de tratamiento. Cuando una enfermedad es muy conocida y sabemos que hay muchas líneas de tratamiento, la primera es siempre la opción ideal, pero a veces necesitamos que haya una segunda, tercera, cuarta, quinta… Cuando vamos avanzando en las diferentes líneas de tratamiento las opciones de que respondan los pacientes a los tratamientos van disminuyendo.  Por tanto, cuando sabes que hay otra opción, vamos con ganas a por esa segunda o tercera opción y  siempre mantienes la esperanza de que esa opción funcione. Cuando no hay muchas más opciones puede ser muy desalentador y muy preocupante para la vida del niño.

-¿Qué innovaciones se han introducido en el tratamiento de estas enfermedades y cómo influyen en el bienestar de cada paciente?

(María no puede evitarlo y nos devuelve la pregunta: ¿Cuántas horas has estado pensando estas preguntas? Ya se ha dado cuenta, nuestras entrevistas no son nada convencionales).

– A ver cuántas innovaciones, ¡Hay muchísimas! Mira, probablemente si hablamos del cáncer en general, cada semana, cada 15 días o cada mes sale un fármaco nuevo, se estudia su eficacia a través de ensayos clínicos y una vez que se aprueba se pone a disposición de todos los hospitales para poder usarlos, así que…. fármacos hay muchísimos nuevos; en cuanto a tecnología, cada vez hay más tecnologías que nos permiten ser menos agresivos en el tratamiento, seguro que habéis oído hablar de la radioterapia con protones, es una forma nueva de radioterapia que es mucho menos agresiva y tiene menos efectos secundarios. La oncología ha evolucionado muchísimo y enfermedades para las que hace unos años solo tenías una opción de tratamiento, ahora tienes cuatro, cinco o seis y eso mejora muchísimo las expectativas de curación y la calidad de vida, ya que cada vez nos permite ser menos agresivos y si somos menos agresivos vivimos mejor.

-¿Podrías compartirnos alguna anécdota especial que recuerdes con cariño de tus años de trabajo?

– ¡Muchas, muchas! (Ríe) No sé, mira, una vez… Hablando de cosas así bonitas que me han pasado, una vez por mi cumpleaños, yo estaba de vacaciones y recibí un vídeo de 2 individuos que estaban ingresados cantándome el cumpleaños feliz, ¡Es una anécdota que recordaré siempre, es muy bonita… Eran M.L y M.M que eran muy pequeñitos, en ese momento tenían tres añitos. Luego, ¡Anécdotas todos los días! Cada vez que os decimos que la médula salió bien o que un tac o una resonancia ha salido bien vuestras caras y vuestras reacciones son pequeñas anécdotas bonitas y que suponen algo muy positivo para nosotras.

– Durante todos estos años de trabajo, ¿Cuál ha sido el diagnóstico más frecuente y en qué pacientes se manifiesta?

– La enfermedad oncológica pediátrica más frecuente es la leucemia, sobre todo la leucemia aguda linfoblástica y se puede manifestar en cualquier edad aunque es más frecuente a partir de los dos años de vida y hasta los trece o catorce; hay un pico de edad entre los tres – cuatro años y luego de nuevo al principio de la adolescencia. Es la enfermedad más frecuente y la que tiene también, aunque parezca increíble pensarlo, el mejor pronóstico a largo plazo.

– ¿Puedes desconectar del hospital y dejar de pensar en los pacientes que dejaste ahí?

– Depende del día, no siempre.

(Esta vez María responde con rapidez, el compromiso que la ata a su gran labor con los peques es evidente).

Depende de la gravedad de la situación que dejas en el hospital. A veces tenéis alguna complicación o algún problema muy grave, en esos momentos es muy difícil desconectar al llegar a casa. Desde que soy mamá y tengo una bebé guerrillera en casa es un poquito más fácil desconectar porque como no me deja ni un minuto, tengo que estar vigilándola todo el rato, yo pensé que iba a ser al revés pero curiosamente me ayuda a llevar un poco mejor las complicaciones de este trabajo.

 – ¿Durante la pandemia se vio afectado el tratamiento y el diagnóstico del cáncer?

–  Yo creo que en líneas generales con los niños no, a lo mejor pues el niño se diagnosticó un mes más tarde o dos meses más tarde porque los padres estaban en casa y consultaban menos, aquí, (en el hospital), notamos que venían muchos menos pacientes a urgencias, quizás se consultó menos en ese momento y pudo haber un pequeño retraso en el diagnóstico pero a la hora del tratamiento no, es decir, cuando llega un paciente (pediátrico) con una sospecha de una enfermedad de este tipo el procedimiento de diagnóstico, los tratamientos que aplicamos y todo fue exactamente igual que siempre.

– ¿Por qué estudiaste medicina? ¿Cuando entraste a la facultad ya sabías que ibas a especializarte en pediatría o tenías otras opciones?

– ¿Porque estudié medicina?… Estudié medicina porque tengo un tío que es médico y  es una de mis personas favoritas, me inspiró verlo trabajar y ver cómo cuidaba de la gente, es un médico muy de familia, un médico de pueblo; no sé si sabéis vosotros lo que quiere decir eso, pero, es una persona muy cercana, siempre me llamó mucho su forma de atención, su forma de trabajar y por eso por eso me interesó la medicina. Estaba dudando entre medicina y arquitectura, que son cosas totalmente opuestas y, finalmente medicina me parecía más interesante. Al principio de la carrera no quería ser pediatra, me gustaba la dermatología y otras especialidades, no me gustan las cirugías pero me gustaban otras especialidades… Cuando yo estudiaba, pediatría se estudiaba en quinto es decir, que tenías que pasar 5 años para llegar a ver algo relacionado con pediatría, a partir de ahí, de las prácticas de pediatría, me empezó a gustar; pensaba que era más sencilla que otras cosas, pero eso no es real, ¡Es todo lo contrario! La pediatría es bastante compleja, las enfermedades que tienen los niños son muy diferentes a las de los adultos y su forma de responder a los tratamientos también lo es. Además, el niño no siempre se puede expresar y prestar atención a su forma de comportarse, a sus gestos, etc., Es difícil pero resulta clave para poder diagnosticarlos y tratarlos.

– Ahora la pregunta del millón, a la hora de dar una mala noticia, ¿Cómo se da una noticia de tanto peso?

– ¿A los padres o a los niños?

-A ambos.

– Cómo dar una mala noticia es algo que también se va aprendiendo según vas creciendo a nivel personal y vas adquiriendo también experiencia. Es muy difícil, es el momento más complejo para todos, tanto para los que están del otro lado, como para nosotros. Por una parte, es el momento más complicado y doloroso de la vida de esos padres, que te digan que tu hijo está enfermo y que se trata de una enfermedad grave es terrible. Por otra parte, para nosotros supone enfrentarnos al dolor de esos padres.  Las palabras a usar dependen mucho de como sea el que está enfrente, empezamos a hablar normalmente, y vamos interpretando también cómo son y cómo es su capacidad de afrontamiento. También depende un poco de la urgencia del diagnóstico, no es lo mismo que puedas ir preparando a una persona diciéndole: “bueno pues parece que hay una lesión aquí, que tenemos que estudiar de tal manera o hacer esta prueba, etc.”  durante días, es muy diferente cuando damos la información de que el niño tiene una leucemia, lo que a veces ocurre el primer día que llegáis al hospital y ya, en unos minutos os tenemos que decir eso. En cada familia o en cada persona que tienes enfrente es diferente. Algunas veces lo hacemos mejor otras lo hacemos peor, lo importante es ser sinceros, es una información muy dura la que tenemos que dar pero hay que hacerlo con franqueza, con sinceridad e intentando dar respuesta a las preguntas que tiene el que está enfrente.

A un niño, pues, es un poco más técnico digamos el cómo darle la información en el sentido de que depende mucho de la edad que tengan y de la capacidad de comprender, no es lo mismo que os informemos a vosotros que ya sois mayores, bueno, ahora ya tenéis una perspectiva muy diferente porque ya habéis pasado por esto y eso lo cambia todo. Fundamentalmente hay que intentar valorar la edad y el grado de madurez que tienen y poco a poco ir diciéndole las cosas, lo que está  claro es que siempre hay que decir la verdad, porque tenéis todo el derecho a saber lo que os pasa y además de ser un derecho, conocer la verdad hace que sepáis lo que va pasar, lo aceptéis mejor, no tengáis tanto miedo y os adaptéis mejor a la nueva situación. Cuando un niño no sabe lo que pasa llena su tiempo y sus pensamientos con su imaginación, lo que puede ser muy negativo para su afrontamiento de la enfermedad.

Y de pronto uno de nuestros momentos favoritos de las entrevistas, cuando nuestros bloggers y sus entrevistados intercambian papeles y anécdotas que comparten, aquí os dejamos el instante…

  • Tu siempre estás tranquila, recuerdo que cuando fui yo que llegué un poco después de mi cumple tú dijiste que iba a estar unos pocos días y que ibas a hacer mi cumple aquí en el hospital
  • ¿Te acuerdas de eso? ¿Si? ¿Te acuerdas el día que viniste a la consulta por primera vez?
  • Sí, si…
  • ¿Y qué te pasó por la cabeza cuando te dijimos que estabas enfermo, que te tenías que quedar?
  • Yo la verdad tampoco lo pasé tan mal, yo… es que, a mí me dijiste que iba a celebrar mi cumple tal y yo dije que “yo con gente que no conozco no quiero celebrar el cumple” (explosión de risas)
  • ¡Y cuánta razón tenías!, tú estabas ahí con el rollo de tu cumpleaños, ya lo demás te daba igual.
  • “Yo hoy me voy para casa que tengo mi cumple”
  • Pero tú te acuerdas que estabas muy malito cuando llegaste…
  • Sí pero, yo por fuera estaba bien, genial.
  • ¿Por fuera? (María envuelta en risas nerviosas) Yo te vi y casi se me cae el corazón, estabas muy malito tío.

– ¿Mantienes contacto con tus ex compañeros?, ¿Hay algún profesor que recuerdes con especial cariño?

– Sí con algunos compañeros sí, algunos son mis mejores amigos, o sea, es normal al final cuando vives fuera de casa y si estás muchos años estudiando una carrera haces amistades que son para toda la vida. Profesores: no tengo recuerdos así de muchos profesores, quizás el que era nuestro jefe, José Ramón Fernando Lorenzo fue mi profesor, recuerdo sus clases antes de que fuese jefe nuestro aquí y sí que le tengo un especial cariño; después, recuerdo un profesor, Ángel Carracedo que seguramente si lo buscáis en internet veréis que es una persona muy conocida porque lleva todo lo referente a genómica, el estudio de genes y todo eso, es probablemente un profesor entrañable de la Universidad de Santiago <Esto sería mejor que no se publicase> (Nos dice María entre risas).

– A los pacientes más pequeños, ¿Cómo se les puede hacer entender lo que les pasa?

– Pues igual que a uno mayor pero cambiando las palabras, si a ti te puedo hablar de glóbulos blancos, glóbulos rojos, plaquetas, etc. Porque ya en el colegio lo has estudiado…

– Se  decía villanos <intervencion>

– ¡Villanos!, a un niño más pequeño hay que utilizar probablemente palabras del tipo “villanos” o lo que sea, es positivo utilizar libros, hay tebeos con los que se puede explicar y luego, es poco a poco ir contando cosas sobre lo que les pasa y lo que tienen y cómo se puede ir mejorando, con niños pequeñitos lo mejor es utilizar dibujos, libros e ir viendo en función de lo que cada niño vaya reclamando, para hablar con sinceridad con un niño, primero hay que ganárselo.

– ¿Notaste cambios en los tratamientos de oncología pediátrica desde que empezaste a ahora?

– Sí claro, mucho, mucho, ¡mucho! Como lo que hablábamos antes, que cada poco tiempo sale un medicamento nuevo, incluso de medicamentos que utilizábamos antes salen formulaciones nuevas que son más seguras menos tóxicas, etc.,  sí que hemos notado mucho, pero que mucho cambio en la medicina; lo que yo estudiaba en la carrera no tiene nada que ver con la medicina que hacemos ahora mismo.

– ¿Por qué las distintas personas que padecen la misma enfermedad oncológica reaccionan a los tratamientos de maneras distintas?

Porque cada enfermedad tiene variantes, las células tienen unas características, hay varios factores que influyen, por ejemplo, adquieren ciertas características genéticas como en la leucemia que hace que sean más o menos agresivas, eso les hace tener más poder de resistencia contra el tratamiento; el tratamiento y la célula está ahí, peleando a ver quién gana, pues, hay células que consiguen aprender a escaparse a esos medicamentos que ponemos, entonces, cuando consiguen aprender ese tipo de mecanismos las células no son igual de sensibles a la quimioterapia, además, hay otra serie de factores también como por ejemplo, el cómo la persona metaboliza los fármacos, no a todos los pacientes se les puede poner la misma intensidad de tratamiento porque genéticamente somos diferentes, unas personas toleran “x” tratamientos y otras no.

Cuánto más avanza la medicina, más conseguimos aprender de cómo se comportan ciertas enfermedades, ciertas células tumorales y mejor podemos atacarlas porque si sabemos que ha aprendido a sobrevivir a un tratamiento, imagínate esta célula, “ es un ejemplo, no es real”: esta leucemia ha aprendido a sobrevivir a la ciclofosfamida, pues no le pongamos ciclofosfamida pongámosle otra cosa, otro ejemplo, hay algún tipo de leucemia que tiene características genéticas específicas como el cromosoma Filadelfia que es una característica propia, pues para esta leucemia han salido fármacos nuevos y esos fármacos unidos al tratamiento normal de la leucemia consiguen que esas células respondan mejor a la quimioterapia y una leucemia que hace unos años era incurable porque tenía esa característica genética hoy en día se puede curar simplemente añadiendo un medicamento más a al tratamiento, ¿Me entendiste? Me he echado un rollo tremendo (risas).

– Pues muchas gracias, ha llegado el momento de despedirnos, por ahora y agradecerte que nos hayas atendido.

– Gracias, muy interesante, me ha gustado mucho charlar con vosotros, ya lo podíamos hacer más veces.

♥️ Así finalizamos la primera entrega de nuestro blog y te invitamos a estar pendiente de nuestros siguientes reportajes y entrevistas.

Muchas gracias por leernos y por seguirnos, ¡Tendréis noticias de este equipo muy pronto!

No te olvides de llenar tu vida de bicos, ya sabes que somos un equipo en esta lucha! 🎗️

Miguel Fernández. Entrevistador

Iker Fernández. Entrevistador

Mariana Fernández Y. Editora