“Yo era el segundo más rápido de la clase y ahora me ganan todos”. Esta frase pronunciada por Xián, un niño enfermo de cáncer, convenció a la Asociación Bicos de Papel de que era necesario ofrecer programas de entrenamiento a los niños oncológicos. Señalan que entre los efectos secundarios de la terapia para acabar con el cáncer está el deterioro de la masa muscular, la fuerza, la función pulmonar, la cardíaca o la cognitiva, así como la depresión, y que una de las mejores herramientas para combatir todo esto es el ejercicio físico adaptado.
Así nació el convenio que firmaron con el centro Vigoentrena que ofrece un programa pionero en Galicia para mayores de 12 años que se encuentran en un proceso oncológico y que está supervisado por los sanitarios. En este momento hay 11 menores inscritos.
La asociación Bicos de Papel fue creada en junio de 2017 por un grupo de madres que tenían a sus hijos ingresados en el Cunqueiro y que buscaban la forma de mejorar su calidad de vida y potenciar su recuperación. En poco tiempo fueron creando servicios para los menores y sus familiares y consiguiendo recursos y voluntarios para ponerlos en práctica. Muchos de estos niños ya se han curado y han retomado su vida, pero las familias continúan el trabajo para ayudar a los pacientes que lleguen. Ahora cuentan con una directora, Natalia Dieste, que se dedica a tiempo completo a la entidad.